Cómo elegir las joyas de la novia
Se acerca la boda y estas aun en los preparativos y no sabes que joyas elegir para resaltar toda tu belleza en ese día tan especial para ti, pero ya tienes tu vestido elegido, el peinado y maquillaje que vas a lucir
Se acerca la boda, ya tienes casi todos los preparativos: las flores, el vestido, peinado, maquillaje, zapatos... pero aun no decides te falta elegir las joyas. Acá te dejamos unos consejos para elegir las joyas adecuadas a tu look.
1. Como casi todo en el look de la novia, en este caso "menos, siempre es más". Así que olvídate de ponerte todo el joyero encima si no quieres parecer un árbol de navidad.
2. Además de la alianza que llevarás una vez que digáis 'sí, quiero', no puedes dejar el anillo de pedida en casa, que irá siempre en el dedo anular de la mano izquierda.
3. Las novias no llevan reloj!!. Ese día, el tiempo es tuyo, y puedes hacer con él lo que quieras sin tener que fijarte en lo que marquen las manecillas...
4. Como manda la tradición que las novias lleven algo prestado y algo viejo, no renuncies a lucir esa pieza tan especial de tu familia que siempre te ha enamorado (siempre que quede armónico con el estilo elegido para el resto de las piezas del look).
5. Si te decides por lucir collar, deberás tener en cuenta el tipo de escote que tenga tu vestido. El largo de este dependerá de lo pronunciado que sea el escote, así que para cuellos cerrados, o escotes barco, lo más recomendable son las gargantillas; mientras que si llevas palabra de honor, o un escote más pronunciado en corazón o en 'uve', puedes 'permitirte' un collar que caiga más abajo. Eso sí, nunca superpongas varios collares, a no ser que luzcas un look de inspiración 'hippy' y te cases descalza en la playa o al borde de un acantilado.
6. El tipo de pendientes irá marcado por el peinado que elijas: si te decides por un recogido, puedes jugar con modelos más largos, que caigan incluso hasta mitad del cuello. Si, por el contrario, llevas el cabello suelto, apuesta por pendientes pequeños y discretos, que queden pegados al lóbulo de la oreja (y que no se te vayan a enganchar con el pelo).
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